Marian nunca me dice qué hacer y a menudo salgo de su despacho sintiendo lo que quiero hacer y cómo quiero hacerlo, es una "maga" (yo la llamo mi lechuza; ojos grandes, orejas grandes, sabiduría amable, reposada y feminista). No es sencillo distinguir deseos de objetivos, y aprender a pedir en lugar de exigir. Cuando me observo y escucho, y suelto mis anclajes, el día a día se deshace más amable, la vida mucho más sencilla y hago lo que está en mi mano. Sus dibujos los reproduzco: para mí, cuando necesito claridad visual, con quiénes más quiero, si creo que pueden ayudar, y en conversaciones varias, porque me fascina nuestra condición humana relacional.
2019-11-05T12:01:42+00:00